Los Estudios Odeón ya le habían abierto sus puertas promediando los cuarenta. Claro, entraba de la mano de don Francisco Canaro; ¡como para encontrar resistencia!
Lo que hay que destacar a la distancia son un par de apreciaciones muy, pero muy personales, de las que gustosamente me hago cargo sin pedir disculpas ni permiso.
Canaro por entonces, tenía ya su lugar en el Panteón de los Artistas asegurado y merecido.
Pero Canaro ya era viejo, o mejor expresado, "sonaba" viejo. Los finales de los cuarenta fueron a Canaro como los cincuenta a Chaplin; exactamente igual.
"Viejo" pero vigoroso, Canaro no se resignaría a ser un mero testigo del floreo de los muchachos que ya despuntaban en los treinta y que se habían adueñado irreversiblemente de los cuarenta. No había mucho que hacer frente a Di Sarli, a Pugliese, a Troilo; pero se jugaría una carta, cuyo resultado no fue de ningún modo sombrío –tampoco fue un hallazgo-, pero que hallaría justificación al menos en la consideración de algún Pastenaca como quien firma estas líneas. Canaro tenía algo para decir en los cuarenta y lo haría al modo de la Guardia Nueva. Y Nelly Omar sería una de las voces de este Canaro renovado
-Agrego en este punto que nunca supe quien fue el arreglador de don Francisco para las grabaciones con Nelly Omar, pero lo felicito. Asumió riesgos troileanos, y lo hizo dignamente. Canaro nunca me gustó tanto como en estas grabaciones en las que fue menos Canaro que nunca. Yo sé que si corto acá, no le estoy haciendo justicia a don Francisco, pero si tienen paciencia, ya volveremos y pondremos las cosas en su lugar. En otro momento, claro-.
"Y aprovechando el fresquito, me siento bajo la parra, y al compás de mi guitarra, canto décimas de amor…" dice Nelly, y luego, unos fuelles y un piano desvergonzadamente apugliesados atacan buscando el desenlace de "Nobleza de arrabal", de Canaro y Manzi, tango que no fuera pensado en cancionista femenina pero que además se veía envuelto en arreglos algo cocoliches para la orquesta… pero Nelly lo haría suyo nomás…de puro guapa que era.
Un puñado de tangos grabaron juntos Canaro y Nelly Omar. Ninguno entra en la categoría de "inolvidable", pero todos están bien grabados, son honestos, como el buen Carcassonne. La historia del tango pasaría por delante y por detrás de estas grabaciones.
Ahora, cuando se retire la marea, Nelly quedará para siempre en nuestras playas.
No había nacido para ser estribillista de Canaro…ni de nadie. Un Hombre la estaba esperando
"Suena guitarra querida con tu acento soberano"
Si todo lo que hubiera hecho Nelly Omar en su vida artística hubiera sido esa veintena de grabaciones con don Roberto Grela, ya sería merecedora del honor del que hoy goza y gozará en los próximos mil años o mientras haya un solo argentino con vida. (no pongo "vivo" para evitar lecturas "vivaces")
"Taríii taríiiii, lo apelan Roque Barullo conductor del Nacional" arranca Nelly en "Cornetín" de Homero Manzi…y usted está en presencia de Gardel, no de Alberto Marino, ni Jorge Casal, ni Libertad Lamarque, ni Héctor Mauré ni ningún otro grande entre grandes. *
"Talán, tilín,
resuena el campanín
del mayoral
picando en son de broma
y el conductor
castiga sin parar
para pasar
sin papelón la loma
Tarí, tarí,
que a lo mejor se le asoma,
cualquier moza de un portal"
Mire, no exagero si le digo que de Nelly y Grela surgen las voces más hermosas, auténticas, simples, genuinas y deslumbrantes de todo nuestro acervo. Nelly no escribió ningún libro; no deja escuela; no se la puede imitar ni seguir; no viene de ningún lado ni va a ninguno. Es como una muchacha quinceañera lavando ropa a la orilla de un río o como la cara contrariada de un chico al que se le enganchó el barrilete en la copa de un árbol: todo verdad, pura verdad. Ni una gota de adorno o bisutería. Nada de trucos.
Don Roberto preparaba introducciones recreando la melodía, breves, muy suyas. Y luego entraba Nelly; y a lo largo del tema, floreaban contrapuntos suaves y lejanos; tenues desde la guitarra, intensos desde la voz siempre firme pero suave. Como para que Nelly asuma lo que tiene que asumir, pero siempre afirmada en un respaldo sin fisuras, perfecto. Y así, entre puentes y caminitos soleados, Grela acompañó a Nelly en algo que no se va a olvidar jamás, algo que está destinado a trascender todos los tiempos y todos los cambios. Es más, yo creo que todavía hoy nadie ha tomado nota debida de este hecho. Es increíble lo que cuesta conseguir estas grabaciones. Pero todo llega; la justicia a los pueblos y a sus artistas también llega…en sulky, pero llega.
"Tu vuelta vivo esperando
a pesar de tu tardanza
acaricio la esperanza
de que me sigas amando"
le dice Nelly a su hombre que no volverá, en un tono tan íntimo que le hace lagrimear el alma, bien de Chaplin.
Juntos, rescatarían del olvido a "Boyera", de Vacarezza y Domenech –bellísima pieza que fuera interpretada a finales de los treinta por Francisco Amor junto a Francisco Canaro en el fime "Viento Norte" de Mario Sóficci-. Del propio Amor grabarían "Mulita", y ya empezaba a despuntar el vicio de compositora junto a Aníbal Cufré en "Pa Dumesnil".
Nelly tenía cosas para decir: a la mujer enamorada, a la muchachita postergada y soñadora, a los paisanos, a la que se enamora del hombre equivocado, o al hombre o mujer que anda solos por la vida.
Lo que Nelly y Grela tenían para decir, lo dijeron, sin guardarse nada. Gracias a grabaciones como las que dejaron registradas, el tango siempre ocupará un lugar importante en las almas de los que tienen alma.
"Volvió una noche"
Luego vendría el forzado y silencioso interludio, obra y gracia de los revolucionarios libertadores, y recién a fines de los sesenta, su vuelta ("cuando, pero cuando! Si nunca me fui de mi barrio" parafraseando al Gordo Troilo). Dejo todas estas cuestiones biográficas en las buenas manos de don Héctor Angel Benedetti ** simplemente agregando que su regreso a las canchas de las grabaciones fue a fines de los sesenta con el mismísimo don Roberto Grela, pero ahora con acento más tanguero, con "un gajo de ruda tras de la oreja". Se destaca de esta nueva etapa de Nelly las versiones de "Alma en pena", la bella "Canción de Amalia" que inmortalizara décadas atrás Corsini en épocas del "Ciclo Federal", y "Callejón" de Grela y Marcó
"Como a mí
también te sangra una herida,
a vos la urbe te olvida
y ella ha olvidado mi amor.
Callejón,
por eso busco tu abrigo
lejos del mundo consigo
adormecer mi dolor"
pieza y versión sencillamente indescriptibles al menos por la pluma de este Servidor.
(Acá debería ir un párrafo acerca del buen trabajo realizado bajo la dirección y acompañamiento de José Canet, pero no pretendí nunca algo exhaustivo sino solo en carácter de homenaje)
Desde el alma
Yo nunca escuché nada igual. O si, a Gardel, claro. Mire que no exagero y confíe en que entiendo de lo que hablo. No soy un advenedizo en esto del tango. Tengo lo mío, y puedo esgrimirlo ante personajes bastante pintados.
No obstante mis guitarras no hacen justicia a Nelly Omar. Pero eso no me impide acercarle estas líneas, desde lo más profundo de mi admiración y respeto.
* Siento que Mercedes Simone también podría usar este poncho.
** En su muy buen trabajo "Estilo" publicado por Clarín hace poco, con motivos de una colección de tango bastante equilibrada y buena.