domingo, 15 de noviembre de 2009

Carlos Dante


Carlos Dante Testori (12 de marzo de 1906 - 28 de abril de 1985)
Nació en el barrio de Boedo, siendo el menor de cinco hermanos. Cursó sus estudios primarios en una escuela católica, donde ayudó a decir misa y cantó en ceremonias: hay testimonio de que esta sería la más temprana de sus experiencias como cantante. Abandonó sus estudios secundarios para emplearse en la casa La Piedad; más tarde, convertido en un muchacho de elegante aspecto, trabajó como modelo de la tienda Los 49 Auténticos, en lo que podría deducirse que fue un paso previo a sus actuaciones como galán de teatro. En efecto, se enroló en la compañía del conjunto Santiaguito, haciendo algunas exhibiciones en las que asumía el papel de joven seductor.

Su latente vocación como cantor logró expandirse en 1927, y de un modo por demás vertiginoso. En agosto debutó como estribillista de Francisco Pracánico y su orquesta típica, como parte de un espectáculo en plena calle Corrientes (cine Astral) donde intervinieron Carlos Gardel y la Jazz Band González, para hacer luego una temporada en Mar del Plata. Pracánico grababa por entonces en el sello Electra -llegó incluso a ser su director artístico-, lo que para el cantor, como se verá adelante, significó una conexión fundamental. Dante pasó también, aunque fugazmente, por la orquesta de Pedro Maffia y por Los Ases del Tango (Aieta, Navarro, D’Arienzo, Cuervo, Visca y Corletto).

El sello Electra lo incorporó a su catálogo en 1928 bajo su doble condición de cantor solista y de estribillista de orquesta. Así, efectuó una docena de registros con acompañamiento de guitarras (en uno, además, hay piano) y algunos pocos más con acompañamiento de la orquesta de Juan D’Arienzo; para luego invertir roles y aparecer como chansonnier de D’Arienzo, repitiendo en varias ocasiones temas que ya había hecho como solista. No obstante dejar un total de casi cincuenta temas grabados para Electra, el particular repertorio que fomentaba esta empresa -por lo general intrascendente- y los perceptibles problemas de sonido, sumado a la falta de reposiciones, impiden que esta etapa de Dante pueda ser hoy apreciada con claridad. Pero sin duda fortaleció su presencia en el medio artístico, llamando la atención de Francisco Canaro, quien le dio una oportunidad fabulosa al incorporarlo a su embajada musical por países de Europa.

Canaro lo contrata con el objetivo de que fuera estribillista de la orquesta de su hermano Rafael, y con él se embarca en abril de 1929 para debutar en mayo en la sala Empire, de París. En Niza tiene ocasión de volver a cantar en un programa junto a Gardel, y luego viaja a Alemania y España. En este país la orquesta de Rafael Canaro efectúa grabaciones para Regal (una subsidiaria de la poderosa Columbia), en las que naturalmente interviene Dante: el cantor ya tiene tres docenas más de grabaciones para capitalizar en su currículo. Emprenderán el regreso en 1932.

Dante siguió vinculado a Francisco Canaro, quien en noviembre de 1932 lo hizo intervenir en cuatro registros, dos de ellos a dúo con Ángel Ramos. En 1934 se convirtió en cantor de la orquesta típica de Miguel Caló, atravesando con este director el crítico período que significó para el tango la mitad de aquella década, y realizando más grabaciones.

Independizado de Caló en 1936, Dante formó un dúo nacional con Pedro Noda, quien acababa de desvincularse de Agustín Magaldi. El dúo Dante-Noda tuvo una aceptación inmediata y se mantuvo hasta 1940, llegando a dejar seis registros discográficos (cuatro para Victor y dos para Odeón), de los cuales dos correspondieron a solos por Dante. Por estos días fue incluido en la película Muchachos de la ciudad (dir.: José A. Ferreyra, 1937), película que fuera casi unánimemente calificada por la crítica como elemental, modesta, incluso vulgar, pero a la vez agradable de ver. Dante cantó para ella Ciudad, con la orquesta de Elvino Vardaro (para el disco, Dante la hizo con guitarras). Luego aparecería en otra película, Un bebé de París (dir.: Manuel Romero, 1941).

Pero a pesar de tener trabajo continuo, Dante se empleó en la administración de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, manteniéndose allí por diecisiete años. No deja de llamar la atención que mantuviera este puesto aún en años muy intensos de su carrera artística. Alguna intervención ocasional en la Compañía de Comedias Victor y su paso durante 1943 por la orquesta de Nicolás D’Alessandro no hacían sospechar el increíble suceso que estaba aguardándolo y que lo convertiría en uno de los cantores de orquesta más representativos de la década del cuarenta.

Hacia mediados de 1944 el director Alfredo de Ángelis había sufrido la desvinculación de Floreal Ruiz y buscaba un cantor para hacer pareja con Julio Martel. Fue un verdadero acierto que convocara a Dante para cubrir la vacante que dejara Ruiz: sus estilos se emparentaban, pero el de Dante hizo “florecer” la orquesta y demostró ser el que mejor se ajustaba a los arreglos propuestos por De Ángelis.

Dante debutó en agosto de 1944, en una actuación en el café Marzotto. De allí en más se sucedieron éxitos, siendo contratados sin interrupción por clubes, confiterías y salones de baile, y constituyendo un hito fundamental para la historia de la radiofonía con las emisiones del Glostora Tango Club por LR1 Radio El Mundo. Los discos Odeón de De Ángelis con Dante y Martel alcanzaron tiradas verdaderamente masivas, y no en vano sesenta años después podrá afirmarse que la orquesta fue un auténtico “fenómeno social”. Llegan a intervenir en el film El cantor del pueblo (dir.: Antonio Ber Ciani, 1948) haciendo el tango Pregonera, uno de sus auténticos “hits”. En 1951 en reemplazo de Martel entró Oscar Larroca, convirtiéndose en el nuevo compañero de dúo de Dante.

En 1958 y tras dejar cerca de ciento cuarenta grabaciones con De Ángelis, Dante se retira de la orquesta. Poco después hace lo propio Larroca, y aprovechando el buen recuerdo que dejaran juntos entre el público, forman un dúo con el que hicieron algunas giras e incluso grabaron discos en 1959; pero el impacto inicial no se mantuvo y no mucho después se separaron.

Dante, ya definitivamente cantor solista, se hizo acompañar primero por un quinteto típico; luego por Víctor Braña, al que siguieron Jorge Dragone primero y Roberto Pansera después; más adelante Aquiles Roggero, Oscar de la Fuente y otros. Con ellos se presentó en un sinfín de locales céntricos y del interior del país, e incluso de Uruguay, Chile, Colombia y otros; también grabó para Discofonía, Alanicky, Doma y RCA Victor. Se retiró el 31 de diciembre de 1974, tras estar cinco décadas vinculado a lo artístico.

Junto con Francisco Fiorentino y Ángel Vargas, Dante fue uno de los pocos cantores de orquesta que entre 1935 y 1940 supo evolucionar respondiendo a la necesidad de la época por desarrollar modos distintivos, que imprimieran características personales a las orquestas en donde tenían intervención. De la trascendencia de su carrera han quedado como testimonio trescientas grabaciones, una importante obra como compositor (Dante puso música o música y letra a muchos temas, entre los que pueden citarse A Magaldi, El retrato de los viejos, Esta noche me despido, Por eso te quiero, Primer beso, Tu pollera azul, Vive el cantor, etcétera) y el recuerdo de sus admiradores.
Fuente www.10tango.com

Descargar Francisco Canaro - Carlos Dante

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