Francisco Canaro en Mis Memorias relata la gran pasión de Gardel por el turf
Un día de lluvia torrencial que se había inundado la Av. Vértiz, no era para mí dificultad para ir a despuntar el vicio, y como no quería faltar a esa reunión llegué hasta el borde de la anegación de las aguas, y, por diez pesos, me hice pasar a " babucha " con un tipo, que a cuestas me llevó hasta el sitio de preferencia donde nos reuníamos con Gardel, Alippi, y otros amigos.
Siempre que llegaba el momento del remate de los potrillos, Carlos me incitaba a que compráramos uno en sociedad. Gardel me creía un hombre de mucha suerte y me decía que sacaríamos un crack; pero como a mí, a pesar de haberme hecho carrerista, no me gustaba esa clase de negocios, nunca acepté su invitación.
Una tarde que nos hallábamos en el Hipódromo, y como a Gardel ese día la suerte le había sido adversa como de costumbre, me dijo "¡Che, Cana" (Gardel al nombrar mi apellido suprimía la última sílaba), prestame unos mangos porque tu plata es de suerte y con este vento estoy seguro que vamos a ganar..."--¿Cuánto querés? -le dije---Y respondió: --Dame quinientos mangos... Se los dí; y, realmente, ganó, pero a mí no me devolvió los quinientos pesos. Así pasó un largo tiempo; él se fue al extranjero; volvió, y mientras tanto habían pasado dos o tres años, y yo nunca le había reclamado la devolución de aquel préstamo.
Pero, cierta vez en que la suerte me fue adversa -lo que era una casualidad para mí-, le dije a Gardel: --Che, Carlos, las cosas me andan mal; dame los quinientos pesos que te presté hace bastante tiempo. A lo que él, riéndose como era su costumbre, me respondió:
-"¿No tenés verguenza, con el " paco " que tenés (lo de " paco " se refería al dinero que yo podría tener ahorrado), pedirme los quinientos " mangos? "...
Yo solo atiné a soltar una carcajada, por la pintoresca ocurrencia, y no ví nunca más los famosos " mangos "......
Sacado del libro: Mis Memorias. Mis bodas de oro con el tango CANARO, Francisco (Argentina: Editorial Corregidor, 1999) Aportado por: Angel Yonadi, 10/21/2003
Un día de lluvia torrencial que se había inundado la Av. Vértiz, no era para mí dificultad para ir a despuntar el vicio, y como no quería faltar a esa reunión llegué hasta el borde de la anegación de las aguas, y, por diez pesos, me hice pasar a " babucha " con un tipo, que a cuestas me llevó hasta el sitio de preferencia donde nos reuníamos con Gardel, Alippi, y otros amigos.
Siempre que llegaba el momento del remate de los potrillos, Carlos me incitaba a que compráramos uno en sociedad. Gardel me creía un hombre de mucha suerte y me decía que sacaríamos un crack; pero como a mí, a pesar de haberme hecho carrerista, no me gustaba esa clase de negocios, nunca acepté su invitación.
Una tarde que nos hallábamos en el Hipódromo, y como a Gardel ese día la suerte le había sido adversa como de costumbre, me dijo "¡Che, Cana" (Gardel al nombrar mi apellido suprimía la última sílaba), prestame unos mangos porque tu plata es de suerte y con este vento estoy seguro que vamos a ganar..."--¿Cuánto querés? -le dije---Y respondió: --Dame quinientos mangos... Se los dí; y, realmente, ganó, pero a mí no me devolvió los quinientos pesos. Así pasó un largo tiempo; él se fue al extranjero; volvió, y mientras tanto habían pasado dos o tres años, y yo nunca le había reclamado la devolución de aquel préstamo.
Pero, cierta vez en que la suerte me fue adversa -lo que era una casualidad para mí-, le dije a Gardel: --Che, Carlos, las cosas me andan mal; dame los quinientos pesos que te presté hace bastante tiempo. A lo que él, riéndose como era su costumbre, me respondió:
-"¿No tenés verguenza, con el " paco " que tenés (lo de " paco " se refería al dinero que yo podría tener ahorrado), pedirme los quinientos " mangos? "...
Yo solo atiné a soltar una carcajada, por la pintoresca ocurrencia, y no ví nunca más los famosos " mangos "......
Sacado del libro: Mis Memorias. Mis bodas de oro con el tango CANARO, Francisco (Argentina: Editorial Corregidor, 1999) Aportado por: Angel Yonadi, 10/21/2003
La mariposa (05.12.1930)
Rosas de otoño (05.12.1930)
Senda florida (05.12.1930)
Viejo rincón (05.12.1930)
Confesión (03.09.1931)
Taconeando (26.10.1931)
Tomo y obligo (26.10.1931)
Yo no se que me han hecho tus ojos (vals) (26.10.1931)
Madreselva (27.10.1931)
Silencio! (27.03.1933)
Descargar Francisco Canaro - Carlos Gardel
La Garçonnière (1924) Matriz 2197-Serie 18200B
Como agoniza la flor (1924) Matriz 2198-Serie 18200A
Oh! París (1924) - inédito - Matriz 2289
Beso ingrato (1924) - inédito - Matriz 2290
(Aporte de Ney Borba)
Descargar Francisco Canaro - Carlos Gardel - 1924
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